El Uniforme Como Símbolo de Rebeldía y Poder

El Uniforme Como Símbolo de Rebeldía y Poder

Recientemente, tuve una conversación con una amiga que me hizo reflexionar sobre la percepción del uniforme.
Una amiga mencionaba que, si se encontrara a alguien con el mismo outfit que ella, se moriría de vergüenza, a lo que yo respondí que a mí me parecería gracioso y lo vería como una oportunidad para interactuar con esa otra persona. Esto me recordó cómo a menudo coordino con mis amigas qué vamos a ponernos para ir en grupo, buscando destacar con algún elemento común. Y pensé es curioso cómo los uniformes pueden otorgar poder o arrebatarlo, según el contexto.
 

En mi época escolar, odiaba profundamente el uniforme, pero hoy reconozco su función y el poder que le daba a la institución: ser reconocidos incluso fuera de sus puertas. Lo que más me molestaba era esa visibilidad en la calle, representando una institución con valores católicos que no compartía, esto contrasta con lo que siento al uniformarme con mis amigas, cuyas prendas sí reflejaban nuestra verdadera esencia. El uniforme es, sin duda, una prenda con mucha carga simbólica y de poder. 

Como bien escribió el  filósofo Michel Foucault en Vigilar y castigar:

las instituciones modernas ejercen control sobre los individuos mediante diversas técnicas disciplinarias, y uno de esos mecanismos es la regulación de la apariencia y el comportamiento.

En este sentido, la moda y la vestimenta se convierten en formas de control social, modelando y transformando nuestros cuerpos según las normas dominantes. Si miramos el pasado reciente, en los 2000s, la delgadez extrema era el ideal de belleza, empujando a muchas a adoptar prácticas dañinas para alcanzar ese cuerpo. Más tarde, en los 2010s, los cuerpos curvilíneos y voluptuosos de las Kardashian dominaron la escena, mientras que hoy, con la popularidad de Ozempic, parece que la delgadez de forma rápida está regresando. Desde una perspectiva foucaultiana, los uniformes que regulan y moldean los cuerpos y las identidades para alinearlos con las normas sociales y morales prevalentes. 

Pero si los uniformes son una cárcel para la individualidad en una era de hiperpersonalización, ¿por qué seguimos usándolos? Por razones prácticas o simbólicas. Los médicos, por ejemplo, los usan por razones de higiene y seguridad, pero también los consideran símbolos de autoridad, representando su profesión y el colectivo al que pertenecen. A lo largo de la historia, los uniformes han sido utilizados para diferenciar grupos: en el ámbito militar, religioso o social, siempre con un propósito de visibilidad y pertenencia. 

Pero, amiga, ya hemos despotricado mucho contra los uniformes. Ahora te voy a contar mi versión de la moneda donde te cuento porque 5 divas (mis amigas y yo) nos juntamos con una temática definida, una prenda statement para todas o un color para ser reconocidas como grupo y ser las más fashionistas del lugar. 

Desde un punto de vista simbólico y psicológico, los uniformes afectan nuestra percepción de nosotros mismos y nuestra autoestima. Si no nos sentimos alineados con lo que representan, podemos sentir rechazo hacia ellos o hacia nuestra imagen personal. Sin embargo, si nos sentimos conectadas con el uniforme, ya sea por los valores que refleja o el colectivo al que pertenece, se convierte en un refuerzo positivo.

 Un ejemplo que me hace muy feliz de pensar es cuando compramos merch de nuestros artistas favoritos para llevarlos orgullosamente por la calle; cuando asistimos a conciertos masivamente usando el mismo color, como el concierto del Ferxxo y todos vamos de verde; o cuando artistas anuncian una temática para sus conciertos, como Chapel Roan que cada concierto cambia la temática según el lugar al que toque y crea moodboards para sus asistentes.
Entonces volvemos al mismo punto: el uniforme regula la apariencia y los comportamientos. Pero, si me dan la libertad de elegir con quién quiero uniformarme, sin duda sería con el colectivo al cual me siento relacionada. 

En mi caso personal sería con mis amigas.

Se habla mucho del "efecto porrista", de cómo las chicas nos vemos mejor en grupo, aunque realmente no soy muy fan de esta idea ni tampoco conozco evidencia científica fehaciente que hable sobre esto. Sin embargo, algo es claro: cuando estás en algún bar o restaurante, y ves a un grupo de chicas usando los colores del último álbum de Charlie XCX, usando transparencias en conjunto o preformando de vampiras para el estreno de Nosferatu, es imposible no voltear a verlas. Es lo mismo que hacemos mis amigas y yo: cedemos un poco de nuestra individualidad, por un corto tiempo, para destacar como grupo y resaltar en un espacio social.

El uniforme, entonces, se convierte en una herramienta poderosa para crear identidad colectiva y dejar una huella visual. 

El uniforme es, al fin y al cabo, un arma de doble filo: puede ser una prisión o una bandera, un símbolo de control o una expresión de unidad. Nos obliga a encajar en normas impuestas, pero también nos da el poder de apropiarnos de él y resignificarlo. La misma prenda que suprime nuestra individualidad puede ser el emblema de nuestra fuerza y pertenencia cuando la elegimos de manera consciente. 

No es lo mismo ser etiquetado por un uniforme que elegirlo voluntariamente. Porque al final, lo que realmente importa no es la prenda en sí, sino quién tiene el control sobre ella. Cuando el uniforme es impuesto, se siente como una carga; cuando es una decisión propia, se convierte en un manifiesto. Y si voy a ceder mi individualidad, que sea para brillar junto a las personas que elijo. Es la diferencia entre ser parte de un rebaño o conquistar un espacio con tu gente. No es lo mismo ser forzado a representar valores que no compartes que coordinar con tus amigas un look espectacular que refleje tu verdadera esencia. El uniforme, al final, no es solo ropa: es un statement. Y si alguien va a uniformarme, que sea con mi propio estilo, acompañada de mi grupo. 

Carta de la semana: 

💌Querida y apreciada amiga, como siempre te he dicho tu estilo propio es ese camino que siempre te he incitado a elegir. Pero hoy vengo con una invitación especial donde te empujo a salir a una noche de cocteles con tus amigas a delulear y que todas elijan una temática con la que se sientan cómodas, ajusten sus personalidades ella. Algo que sin duda se salga de su zona de confort y conquisten la noche con sus outfits. Porfa hazme saber cómo les va ;) 💌

Por: @Stargirrrl___ 

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1 comentario

Me encanta el blog, muchas gracias es súper interesante lo que comentas de la moda

Kelly

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